La formación de hábitos
Entre los 2 y los 6 años, el niño se encuentra en una etapa en la que los sentidos y el movimiento son esenciales para un aprendizaje, que el niño pueda desarrollarse plenamente en este período será fundamental para sus aprendizajes futuros. La enseñanza debe entonces ayudar a cada niño a avanzar en el camino de su propia independencia.
En esta etapa el niño intenta ser más independiente, gracias a esto les ofrecemos la oportunidad de que aprenda a través de su acción en el ambiente que lo rodea.
La formación de hábitos, lo ayudará a relacionarse con el entorno de manera más eficaz, con mayor seguridad y confianza en sí mismo.
Tenemos que rodear al niño con un ambiente estimulante y natural, un ambiente real en el que pueda
construirse a sí mismo por la vía del descubrimiento. Se requiere una organización del espacio en concordancia con el interés del niño además de una didáctica activa.
En esta etapa se caracteriza que a los niños les encanta jugar, aprovechamos esto para utilizar el juego de la imitación, donde los niños imitan a los adultos, esto le permite no sólo entender al adulto sino aprender de él las conductas y acciones que lo hacen miembro de una comunidad.
En este proyecto, nos referimos a todos aquellos hábitos que tienen que ver con la formación integral de la persona, no sólo a los hábitos de higiene, orden y cortesía que son los que habitualmente se trabajan en el centro infantil, sino a una verdadera formación e interiorización de hábitos que le permitan al niño descubrir que este le ayudan para su propio trabajo.
El niño del ciclo infantil se encuentra en un período especialmente receptivo para los ejercicios de formación de hábitos, ya que durante el primero y segundo período sensible el niño muestra interés por el orden y el deseo de explorar el ambiente con sus manos y su boca.
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